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martes, 27 de marzo de 2012

Bulimia, cuando bajar de peso se convierte en una obsesión

El éxito de la terapia para los trastornos de la alimentación (Eating disorders) depende de muchos factores: la propia personalidad del paciente y el deseo de cambio, la duración de su trastorno, la edad en que comenzó la enfermedad, su historial familiar, su nivel de habilidades sociales y vocacionales, la complicación con otros trastornos como la depresión y, sobre todo, depende del tipo de tratamiento. Es importante comprender que cuando hablamos de trastornos de alimentación básicamente estamos hablando de la adicción a comer o no hacerlo. Todotrastorno alimentario, sea bulimia, anorexia, la coexistencia de ambas, es básicamente una adicción, una compulsión irrefrenable a no comer o hacer una ingesta compulsiva, a vomitar, a hacer purgas, a estar obsesionados con las calorías, el espejo y nuestra imagen corporal.

El Método de Fundación Manantiales® es un tratamiento de avanzada y superador de algunos modelos que se presentan en nuestro país, ya que son tratamientos personalizados.

Básicamente son una síntesis de estos aportes, mas los desarrollos de Comunidades Terapéuticas profesionales, las terapias cognitivas- conductuales, las terapias grupales, el psicodrama, la terapia familiar sistémica, la PNL, el análisis transaccional, la terapia gestáltica y los aportes de las neurociencias y psiquiatría, fusionándolos y mejorándolos, lo que nos permite obtener uno de los porcentaje de recuperación más alto de Latinoamérica.


Fuente: Fundación Manantiales

viernes, 20 de enero de 2012

¿El alcoholismo es hereditario?


Alrededor de 1935 algunos médicos comenzaron a investigar una posible herencia genética en alcohólicos crónicos, basándose en que sus conductas parecían exceder la hipótesis de un mero síntoma. Allí podría haber “algo más.” El doctor William D. Silkworth, escribió al respecto:

“Hay muchas situaciones que surgen de este fenómeno de la desesperación alcohólica, que hace que los hombres hagan el sacrificio supremo de sus vidas antes que continuar en la lucha.

“La clasificación de los alcohólicos resulta muy difícil. Desde luego, existen los psicópatas que son seres emocionalmente inestables. Todos estamos familiarizados con este tipo. Es el que siempre nos dice que no volverá a tomarse un trago y encubre su arrepentimiento haciendo infinidad de resoluciones, pero nunca toma una determinación.

“Tenemos el tipo de hombre que no está dispuesto a admitir que no puede tomar ni una copa, y que planea distintos modos de beber: cambia de marca y muda de ambiente. Existe el tipo que siempre cree que después de permanecer sin beber licor por cierto período de tiempo, puede tomarse algunas copas sin peligro. Y existe el tipo maníaco-depresivo, que es tal vez al que menos comprendan los amigos y del cual podríamos escribir todo un capítulo.

“Luego concurren tipos enteramente normales en todos los órdenes, excepto en cuanto al efecto que el alcohol produce en ellos. Muchas veces se trata de personas aptas, inteligentes y amigables.

“Todos estos tipos, y muchos otros, tienen un síntoma en común: no pueden comenzar a beber sin que se desarrolle en ellos el fenómeno de la desesperación por el ansia desenfrenada de más licor. Como hemos sugerido, este fenómeno puede ser la manifestación de una alergia que diferencia a estas criaturas y las separa del común de los hombres. Tal condición nunca se ha hecho desaparecer permanentemente mediante tratamiento alguno del cual tengamos conocimiento. El único remedio que podemos sugerir es la abstención total.”

De todas maneras, el alcoholismo puede heredarse de una manera bastante complicada. Los hijos de alcohólicos están mucho más predispuestos que otros a esta adicción. Todavía no se sabe si la tendencia al alcohol puede heredarse genéticamente o se transmite por el medio social y cultural en el que el niño se desarrolla. Hay estudios que han comprobado que los hijos de alcohólicos, adoptados enseguida de nacer por padres no alcohólicos, están más predispuestos al alcoholismo que los hijos de no alcohólicos adoptados en las mismas circunstancias. Recíprocamente, hijos de no alcohólicos adoptados por alcohólicos, corren un riesgo cinco veces menor que los primeros. Así, se supone que los factores del ámbito familiar, cultural y social no son los únicos que inciden en este complejo fenómeno.

Fuente: Fundación Manantiales


jueves, 10 de noviembre de 2011

Alcoholismo, edad de inicio. Cifras alarmantes

El problema del alcoholismo es un de los fenómenos sociales de adicción a una droga psicoactiva, como lo es el alcohol etílico, más generalizado en los últimos tiempos, se lo subestimado en importancia y en numero de afectados. El alcohólico es aceptado por la sociedad mientras es “gracioso”, pero las cosas cambian cuando su alcoholismo se descontrola.

Los hombres que consumen máximo 2 tragos diarios y las mujeres y ancianos que toman 1 trago o menos por día, son considerados bebedores moderados o sociales, ya que dicha cantid

ad no suele ocasionar inconvenientes en la salud.

Pero si hay que estar alertas cuando el consumo de licor por semana supera la cifra de 14 tragos para hombres y 7 para mujeres, en estos casos es necesario prestar mucha atención, pues podría estar en la categoría de bebedor en riesgo, con la posibilidad de progresar hacia un estado de abuso o dependencia.

De acuerdo con encuestas, tan solo el 10% de las personas son consideradas como abstemios, mientras que el 90% restante toma en cantidades

variables. Los bebedores en riesgo constituyen 28% de los hombres y 11% de las mujeres, aunque en la población femenina se ha mostrado en el tiempo un incremento progresivo. Un 10% a un 20% de los individuos en la población general han padecido abuso o dependencia al alcohol en algún momento de su vida.

También se ha observado que en los mayores de quince años, el 7% son bebedores excesivos, y el 5% son alcohólicos. Es decir que tenemos el 12% de esta población englobada en la problemática del alcoholismo. Según informes de Fundación Manantiales (Centro de Diagnostico y Tratamiento a las Adicciones), las edades de los chicos con problemas al alcohol están disminuyendo a pasos alarmantes.

Fuente: Fundación Manantiales

jueves, 6 de octubre de 2011

Estrategias de reducción del consumo


El objetivo de las técnicas psicológicas, descritas anteriormente, es la abstinencia del alcohol. Algunos pacientes que no reúnen criterios de dependencia, aunque presentan alguno o varios problemas derivados de su consumo, no se han planteado abandonar el consumo de alcohol por lo que es conveniente emplear otro tipo de estrategias como control y reducción del consumo. En estos casos se han empelado diversas estrategias psicológicas como:

Objetivos:

Monitorización del consumo de alcohol: consiste en el registro del número de unidades de alcohol consumidas en cada ocasión, junto con el cálculo del total semanal. Hay que señalar la duración del período de consumo, así como otras circunstancias como situaciones en las que éste se realizó, compañías, consecuencias y si utilizó alguna estrategia de reducción del consumo.

Establecer objetivos específicos para reducir el consumo: Aunque los objetivos los debe poner el paciente, puede ser útil dar orientaciones como:

  • Número máximo de unidades por semana.
  • Número de días de abstinencia a la semana.
  • No consumir en situaciones de alto riesgo.
  • Frecuencia del consumo en cada unidad de tiempo.
  • Reducir o cambiar el tipo de bebida.

Utilizar técnicas cognitivo-conductuales para aprender a responder de forma diferente en situaciones de riesgo y modificar el consumo.

Fuente: Fundación Manantiales

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Alcoholismo, terapias de grupo


Para muchos autores, la terapia de grupo es el método de elección en el tratamiento del alcoholismo. Sin embargo, no existe una técnica específicamente diseñada para el tratamiento de esta enfermedad; más bien existen múltiples orientaciones teóricas. Hay terapias de grupo de orientación dinámica, psicodrama, terapia emocional correctiva de Ellis, cognitiva-conductual (muchas de las técnicas explicadas anteriormente pueden realizarse en grupo) y grupos de discusión.

La terapia de grupo puede ser una experiencia de apoyo, terapéutica y educativa, que puede motivar y mantener a los pacientes en abstinencia. Los factores terapéuticos que intervienen son: identificación, comprensión de la influencia que el consumo de alcohol tiene en su vida, comprensión de sus reacciones y de los demás y aprendizaje en la comunicación de sentimientos.


Fuente: Fundación Manantiales

martes, 12 de abril de 2011

Alcoholismo: una adicción, varias personalidades

El alcoholismo es uno de los fenómenos sociales de adicción más generalizado de los últimos tiempos. Las causas son conocidas (personales, del ámbito familiar y sociales)  los efectos y consecuencias (problemas físicos, psíquicos, la muerte) también pero esto no significa que el número de personas alcohólicas haya disminuido.

Ahora teniendo en cuenta las cifras (los bebedores en riesgo constituyen 28% de los hombres y 11% de las mujeres) ¿se puede determinar un perfil o personalidad alcohólica?
No hay un solo estereotipo de hombre o de mujer que sea más propenso a ser alcohólico, lo que si se puede encontrar son denominadores comunes  que engloban, de una u otra forma,  a la mayoría de las personas que padecen o padecieron este tipo de adicción.

La inmadurez de la personalidad se representa cuando alguno de los aspectos es interrumpido en el proceso de desarrollo. Hay personas que son incapaces de comenzar una vida independiente y adulta.
En mucho de los casos son personas que tuvieron infancias con un grado bajo de necesidades afectivas satisfechas llevando consigo un vacío en un aspecto fundamental de la conducta humana como lo es la niñez.
Por alguna causa este perfil de personalidad encuentra en el alcohol una forma eficaz  de ocultar la realidad y los recuerdos que lo abruman constantemente.
Otro tipo de personalidad es la autotolerante.  Estos tipos de adictos expresan una continua ansiedad oral y su necesidad de beber es permanente.
La necesidad de obtener placer se calma, en forma momentánea, con la bebida y se sienten gratificados al consumirla. 
Ellos no beben para obtener un efecto, ellos disfrutan cada trago.

Las personalidades autoagrevisas y autosuficientes también pueden ser incluidas. Mientras que la primera hace referencia a aquellas personas que intentan, todo el tiempo, dominar su agresividad  y utilizan el alcohol para aliviar ese malestar reprimido, la segunda engloba a aquellos hombres y mujeres que no logran soportar la idea de no ser omnipotentes. Ellos encuentran en la bebida el grado de protagonismo y grandiosidad que la sociedad se niega a reconocerles.

Estas clasificaciones son posibles de observar en alcohólicos que aún conservan su mente y su físico medianamente en  “condiciones” debido al que deterioro mental cambia por completo la personalidad.  En las últimas etapas del alcoholismo, previas a la muerte, ya ninguna descripción es válida.

Fuente: Alcohólicos Anónimos