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martes, 29 de noviembre de 2011

Alcoholismo, una adicción socialmente conocida


El alcoholismo es uno de los fenómenos sociales de adicción más generalizado de los últimos tiempos. Las causas son conocidas (personales, del ámbito familiar y sociales) los efectos y consecuencias (problemas físicos, psíquicos, la muerte) también pero esto no significa que el número de personas alcohólicas haya disminuido.

Ahora teniendo en cuenta las cifras (Los bebedores en riesgo constituyen 28% de los hombres y 11% de las mujeres) ¿se puede determinar un perfil o personalidad alcohólica?

No hay un solo estereotipo de hombre o de mujer que sea más propenso a ser alcohólico, lo que si se puede encontrar son denominadores comunes que engloban, de una u otra forma, a la mayoría de las personas que padecen o padecieron este tipo de adicción.

La inmadurez de la personalidad se representa cuando alguno de los aspectos es interrumpido en el proceso de desarrollo. Hay personas que son incapaces de comenzar una vida independiente y adulta.

En mucho de los casos son personas que tuvieron infancias con un grado bajo de necesidades afectivas satisfechas llevando consigo un vacío en un aspecto fundamental de la conducta humana como lo es la niñez.

Por alguna causa este perfil de personalidad encuentra en el alcohol una forma eficaz de ocultar la realidad y los recuerdos que lo abruman constantemente.

Otro tipo de personalidad es la autotolerante. Estos tipos de adictos expresan una continua ansiedad oral y su necesidad de beber es permanente.

La necesidad de obtener placer se calma, en forma momentánea, con la bebida y se sienten gratificados al consumirla.

Ellos no beben para obtener un efecto, ellos disfrutan cada trago.

Las personalidad autoagrevisas y autosuficientes también pueden ser incluidas. Mientras que la primera hace referencia a aquellas personas que intentan, todo el tiempo, dominar su agresividad y utilizan el alcohol para aliviar ese malestar reprimido, la segunda engloba a aquellos hombres y mujeres que no logran soportar la idea de no ser omnipotentes. Ellos encuentran en la bebida el grado de protagonismo y grandiosidad que la sociedad se niega a reconocerles.

Estas clasificaciones son posibles de observar en alcohólicos que aún conservan su mente y su físico medianamente en “condiciones” debido al que deterioro mental cambia por completo la personalidad. En las últimas etapas del alcoholismo, previas a la muerte, ya ninguna descripción es válida.

Fuente: Fundación Manantiales

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Las distintas causas del alcoholismo

El alcoholismo, como casi todas las adicciones, reconoce tres causas básicas: personales, del ámbito familiar y sociales. A su vez, las primeras pueden subdividirse en psicológicas y físicas. Desde luego, esta división es esquemática y sirve para encuadrar el problema, sin perjuicio de que pueda haber una influencia recíproca entre dos o más causas.

¿Existe una personalidad alcohólica?

Ante todo, es necesario aclarar que el alcoholismo es siempre un síntoma de diversos trastornos de la personalidad. Sin perjuicio de esto,

y bajo determinadas condiciones, constituye en sí una grave enfermedad física y mental, lo que no impide que sea siempre un síntoma. El tema merece algunas reflexiones, porque ha sido motivo de controversia.

Una úlcera gástrica, p.ej., será siempre un trastorno físico del aparato digestivo. Pero bajo ciertas condiciones puede ser además el síntoma de problemas psicológicos. En definitiva se trata de dos puntos de vista que no se excluyen: el gastroenterólogo y el psicólogo enfocan el asunto desde puntos de vista diversos, y no se contradicen sino que se complementan.

En los grupos de Alcohólicos Anónimos es usual la confluencia de muy diferentes personalidades. Y allí conviven las más variadas profesiones. No es extraño contemplar a un arquitecto sentado entre una profesora de francés y un empleado de banco. Este simple hecho estaría indicando que el alcoholismo no hace diferencias sociales, económicas o intelectuales.

Pero con todo es posible encontrar algunos denominadores comunes, haciendo dos salvedades: 1) muchos alcohólicos no encajan con exactitud en los tipos que pasamos a describir; 2) muchas personas que no responden a estas características pueden volverse alcohólicas.


Fuente: Fundación Manantiales

jueves, 27 de octubre de 2011

El alcohol, un estímulo que puede ser contraproducente en la cama

Durante una cita o antes de tener relaciones sexuales, para tratar de superar los miedos o para ir más allá de las fobias. El consumo de alcohol como estímulo para enfrentar una situación íntima –y aún durante el encuentro– se vuelve cada vez más frecuente. Sin embargo, sus efectos dependen de la dosis consumida. Si se quiere un buen desempeño en la cama, mejor no pasarse de copas. De lo contrario, la situación no será nada romántica.

“Basta con recordar escenas del cine para darse cuenta de que todas las personas que se embriagan, nunca tienen sexo”, ejemplica Marta Rajtman, vicepresidente de la Asociación Argentina de Sexualidad Humana. Mientras que una copa puede permitir una desinhibición casi total, pasarse de la raya puede ser contraproducente y causar disfunciones sexuales. “Mucho alcohol genera somnolencia y una depresión del sistema nervioso central, por lo tanto hay retrasos en la eyaculación, y pérdida del control del cuerpo”, continúa.

“Una copa de alcohol puede ser un gran desinhibidor y se puede estar muy divertido, el problema es cuando uno sobrepasa el límite. Ahí, puede haber situaciones violentas o alterarse el ciclo de respuestas sexuales”, asegura Gustavo Rodríguez Baigorri, médico del Hospital Tornú. Y agrega que “puede provocar la falta de orgasmos o eyaculación precoz también”. La clave, entonces, está en limitar la dosis y no hacer del alcohol un mal necesario para enfrentar regularmente nuevas situaciones amorosas.

En los tiempos de nuestros abuelos, cada uno estaba dispuesto al cortejo previo a las relaciones sexuales, que llevaba más tiempo pero que generaba más intimidad en la cama. “En la actualidad hay muchos miedos y fobias que se esconden detrás del alcohol, y están relacionados con las demandas sociales en las relaciones íntimas. Algunos adolescentes buscan ser atléticos en la cama o romper la timidez para abordar a alguien sexualmente y poder tener relaciones”, agrega Baigorri. “Todo esto está alejado de la realidad. El alcohol te hace creer que sos capaz pero, a medida que las relaciones íntimas se hacen más cotidianas, se van a necesitar más copas para desinhibirse”, suma el especialista. Y acá está el otro problema. No sólo altera las conductas humanas y puede hacer que la persona sea más divertida o, también más violenta, sino que puede terminar en una adicción.

“Cada uno debería tratar de ver cuál es la causa real por la que necesita el alcohol para desinhibirse y empezar a tratarla. Si se lo consume para compensar la timidez en las relaciones sexuales o por miedo a fracasar en el desempeño, lo mejor es ser sincero con uno mismo y olvidarse de las expectativas impuestas”, continúa.

“Hay que desarrollar recursos de autoestima y entender que uno no tiene que llegar a desinhibirse completamente, el otro también le teme al ridículo y a sus propias imposibilidades”, explica Rajtman.

Los adolescentes, curiosos por naturaleza, creen que el alcohol les puede facilitar una mejor performance. Pero si en vez de un vaso de cerveza son necesarios dos o tres, hay algo que preguntarse. Ese gran desempeño puede transformarse en un fracaso a la hora de intimar. No es necesario apurarse ni actuar de forma automática, generando una adicción. Si bien cualquier estimulante sirve para relajarse y divertirse, lo mejor, dicen, es el amor y verdadero interés por el otro. De lo contrario, podemos terminar como el protagonista de la canción “Estás maravillosa hoy”, -directo a dormir. “Es hora de ir a casa y me duele la cabeza, le doy las llaves del auto. Ella me ayuda a ir a la cama y, entonces digo: querida, estás maravillosa hoy”, reza una de la canciones más famosas de Eric Clapton, en lo que lo único verdadero es el amor que se tienen.

Fuente: Clarín

miércoles, 19 de octubre de 2011

El alcohol y la mujer


Hasta hace pocos años, se afirmaba que por cada 10 hombres alcohólicos existía una mujer también alcohólica; datos recientes demuestran que la situación ha variado en forma drástica ya que por cada 10 hombres alcohólicos, hay cuatro mujeres. Las cuales, por lo general, lo hacen en situaciones y contextos muy diferentes a los del hombre.

Estas cifras aproximadas preocupan, pero más debería alarmarnos el consumo excesivo que en nuestro país se esta volviendo una costumbre; y donde las mujeres están desempeñando un papel muy activo. Según informes de Fundación Manantiales (Centro de Diagnostico y Tratamiento de las Adicciones), en los últimos cinco años se observa un aumento en la consulta de la población femenina, las mismas acceden a estas porque en el caso de las mujeres el uso y el abuso de alcohol y drogas esta cargado de culpabilidad.

El análisis de la información al respecto nos muestra que las mujeres consumen alcohol cada vez con mayor frecuencia, como una salida a las presiones derivadas de su trabajo en el hogar. Porque, al ingresar al mercado de trabajo, las mujeres disponen, lógicamente, de menor tiempo para el cuidado de los hijos y del hogar, tarea que debería de ser compartida por ambos miembros de la pareja y no solo asumida por la mujer.

Fuente: Fundación Manantiales


jueves, 6 de octubre de 2011

Estrategias de reducción del consumo


El objetivo de las técnicas psicológicas, descritas anteriormente, es la abstinencia del alcohol. Algunos pacientes que no reúnen criterios de dependencia, aunque presentan alguno o varios problemas derivados de su consumo, no se han planteado abandonar el consumo de alcohol por lo que es conveniente emplear otro tipo de estrategias como control y reducción del consumo. En estos casos se han empelado diversas estrategias psicológicas como:

Objetivos:

Monitorización del consumo de alcohol: consiste en el registro del número de unidades de alcohol consumidas en cada ocasión, junto con el cálculo del total semanal. Hay que señalar la duración del período de consumo, así como otras circunstancias como situaciones en las que éste se realizó, compañías, consecuencias y si utilizó alguna estrategia de reducción del consumo.

Establecer objetivos específicos para reducir el consumo: Aunque los objetivos los debe poner el paciente, puede ser útil dar orientaciones como:

  • Número máximo de unidades por semana.
  • Número de días de abstinencia a la semana.
  • No consumir en situaciones de alto riesgo.
  • Frecuencia del consumo en cada unidad de tiempo.
  • Reducir o cambiar el tipo de bebida.

Utilizar técnicas cognitivo-conductuales para aprender a responder de forma diferente en situaciones de riesgo y modificar el consumo.

Fuente: Fundación Manantiales

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Alcoholismo, terapias de grupo


Para muchos autores, la terapia de grupo es el método de elección en el tratamiento del alcoholismo. Sin embargo, no existe una técnica específicamente diseñada para el tratamiento de esta enfermedad; más bien existen múltiples orientaciones teóricas. Hay terapias de grupo de orientación dinámica, psicodrama, terapia emocional correctiva de Ellis, cognitiva-conductual (muchas de las técnicas explicadas anteriormente pueden realizarse en grupo) y grupos de discusión.

La terapia de grupo puede ser una experiencia de apoyo, terapéutica y educativa, que puede motivar y mantener a los pacientes en abstinencia. Los factores terapéuticos que intervienen son: identificación, comprensión de la influencia que el consumo de alcohol tiene en su vida, comprensión de sus reacciones y de los demás y aprendizaje en la comunicación de sentimientos.


Fuente: Fundación Manantiales

martes, 20 de septiembre de 2011

Alcoholismo, GRUPOS DE AUTOAYUDA


Fundamentos teóricos: La dependencia del alcohol es una enfermedad con componentes emocionales y físicos que puede ser detenida, pero no curada totalmente.

Objetivos: Conseguir la abstinencia aceptando que es una enfermedad crónica y progresiva, que las personas poseen una incapacidad para controlar el consumo de alcohol y que la abstinencia absoluta es la única alternativa. Para ello es necesario saber que se necesita la ayuda de un poder superior.

Desarrollo: Todos los grupos de autoayuda surgen cuando uno o varios pacientes con dependencia del alcohol encontraron que los recursos existentes eran inadecuados a sus necesidades. Todos organizan reuniones con diferentes modelos o formatos; el desarrollo y dirección de la reunión varía ampliamente entre los diferentes grupos. Una parte muy importante de los grupos es la ayuda del compañero o padrino; veterano que ayuda y comparte su experiencia con las personas más noveles.

Resultados: En un estudio comparativo entre terapia de grupo de alcohólicos anónimos, terapia cognitiva y terapia motivacional, durante tres años de seguimiento, los pacientes de los tres grupos experimentaron mejoría de su enfermedad, pero los que acudían a grupos de autoayuda estaban más comprometidos con el tratamiento de su enfermedad.

Fuente: Fundación Manantiales