miércoles, 25 de abril de 2012

La historia de Nicolás


"Empecé a drogarme cuando tenía 13 años por curiosidad y para no ser menos que un amigo, un amigo al que lo tenía como ídolo. Al principio fumaba marihuana, después tomé pastillas y también me drogaba con pegamento y nafta. Lo hacía los viernes y sábados solamente. Después lo hice entre semana, pero mis padres no lo sabían y yo la careteaba muy bien.
Cuando veía a los chicos consumir marihuana no me molestaba, es más, yo consumía con ellos, pero cuando consumían cocaína me ponía muy mal ver cómo quedaban y decía que yo nunca lo iba a hacer. Cuando tenía 16 años acompañé a un amigo a comprar una jeringa y él me dijo que la cocaína era lo mejor y me convidó. Era un viernes a la tarde. No la consumí y la guardé para la noche. Me acuerdo que ese viernes tomé por primera vez y no me llamó mucho la atención. Después de varias semanas volví a tomar. Era un miércoles a la noche, estábamos en un almacén, que era el lugar donde parábamos, y uno de los chicos se había puesto a vender y me invitó a tomar. Yo acepté y esa vez sí me gustó. Desde ese día ya no pude descolgar. Tomaba los fines de semana con la plata que me daba mi viejo para ir a bailar. Después ya no me alcanzaba con eso y empecé a sacar plata adelantada del trabajo.
Cuando me quedé sin trabajo empecé a trabajar con mi papá y como no me alcanzaba con la plata que él me daba, le empecé a robar. Cada vez más y más hasta que se dio cuenta. Él empezó a averiguar y alguien le dijo que yo estaba consumiendo drogas. Se enojó mucho, pero yo le prometí que no lo iba a volver a hacer y me creyó. Y así la historia se repitió una y otra vez hasta que mi viejo me perdió la confianza por completo.
Cuando tenía 18 años conocí a Claudia, una medio hermana que es dos años menor que yo, y la hice consumir. Después apareció una amiga de Claudia, Silvia, y también la hice consumir. Al tiempo empezamos a salir y seguíamos tomando. A Claudia ya no le gustaba estar conmigo porque yo estaba todo el tiempo drogado, pero a Silvia sí, y eso era lo que a mí me importaba. 'Silvia y droga', no precisaba más.
Al tiempo Silvia era toda una adicta y como tal se aburrió de la rutina, al igual que yo, y decidimos separarnos. Estuvimos dos o tres meses sin vernos y en todo ese tiempo yo no consumía ninguna clase de droga ni alcohol. Tampoco salía a bailar ni a ningún otro lado, no quería salir de mi casa para nada. Hasta que de nuevo apareció Silvia y con ella la cocaína. Estuvimos un par de meses y nos volvimos a separar. Esto pasó varias veces hasta que no la vi más. Ahí estuve un tiempo sin drogas. Después conocí a unos chicos que tomaban y empecé de vuelta. Lo hacía todos los días y durante todo el día.
Un día mi viejo me comentó que había una fundación que trataba a los chicos con mi mismo problema. Así fue como me conecté con ellos y decidí internarme. Ahora estoy acá luchando por vivir y aunque me cueste un montón, mucho más de lo que yo pensaba, estoy seguro de que yo no quiero más drogas en mi vida y que quiero ser una persona sana."

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