Tomar un vaso de alcohol no vuelve a la persona adicta. El problema comienza cuando ese vaso se multiplica y los efectos negativos empiezan a florecer.
Dejar el alcohol es difícil, más aún si el adicto encuentra en el consumo constante, el medio por el cual canaliza problemas y miedos.
Escuchar el testimonio en primera persona de una mujer que lucha día a día para ganarle la batalla a esta adicción es sumamente interesante.
Fuente: Alcohólicos Anónimos
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